diciembre 15, 2023 LegalTransformación Digital

¿Confías en lo que ves? Deepfakes y seguridad jurídica

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Un fraude en la era de la Inteligencia Artificial

 

Imaginemos la siguiente situación:

Antonio García dispone de 5 millones de euros y decide que va a invertir 2 millones en activos muy volátiles, con alta rentabilidad potencial. Se dirige a su gestor de inversiones y le solicita una cesta de productos financieros con una rentabilidad potencial muy elevada a corto plazo, no más de un año.

Ha pasado un año desde la contratación: ha estallado una guerra, las materias primas se han encarecido, las tensiones internacionales se han disparado… sus activos valen el 50% de lo que pagó por ellos. Ha perdido 1 millón de euros.

Decidido a recuperar su dinero, Antonio reclama el total de su inversión al Banco.

Obviamente, el Banco le dice que recuperará algo menos de 1 millón de euros (Antonio tampoco se escapa de unas comisiones finales… 😊).

• Antonio: “Yo no contraté esos productos”.
• El atribulado gestor de Banca Privada: “¿Cómo que no contrató esos productos? Tengo aquí una grabación de video que demuestra cómo le expliqué esos productos y cómo dio su consentimiento a la compra”.
• Antonio: “No sé qué video tendrá, pero le puedo asegurar que yo no era esa persona”.

El proceso de reclamación continúa y la misma se va a resolver en un sentido o en otro en función de si la grabación constituye una prueba sólida o no. Y, hoy en día, en un mundo donde el nivel de desarrollo de la Inteligencia Artificial es notable, ¿se puede asegurar al 100% que era Antonio quien aparecía en las imágenes grabadas? ¿o podía ser un deepfake creado con Inteligencia Artificial a partir de imágenes suyas?

Probablemente eso es lo que alegará el abogado de Antonio y lo que tendrán que probar los abogados del Banco. El resultado del juicio, hoy por hoy, es incierto.

 

¿Estamos preparados?

 

Este caso, que es probable que haya podido suceder, nos lleva a preguntarnos lo siguiente: ¿usan las empresas y administraciones hoy en día la tecnología más adecuada para asegurar el no repudio y la validez de los trámites y actos jurídicos que realizan con clientes o ciudadanos?

La respuesta es muy clara y es que, masivamente, no.

En la carrera por la transformación digital que parece ser la panacea para todo, con frecuencia se implantan soluciones que no cumplen unas mínimas garantías de seguridad jurídica. Se prioriza lo rápido y sencillo y se deja la puerta abierta a los Antonios de este mundo.

Un ejemplo es el uso de aplicaciones de videoconferencia que están pensadas para entornos particulares o profesionales sin implicaciones jurídicas para situaciones donde sí las hay.

La existencia de un vídeo, hoy en día, no garantiza nada. Es necesario una identificación fehaciente de los asistentes, la trazabilidad de todo lo sucedido desde el principio del proceso (seguramente haya habido comunicaciones e intercambio de documentación) y durante la videoconferencia, la firma cualificada o, al menos, avanzada de documentación. Y, por supuesto, garantizar la privacidad y la seguridad de todos los datos y comunicaciones con los ciudadanos y clientes.

El hipotético “caso Antonio García” puede ser extremo pero, lamentablemente, tenemos a nuestro alrededor multitud de procesos donde el riesgo de suplantación, repudio o fraude es una constante. La compra de un coche, solicitar una beca a una Administración o pedir una subvención, hoy en día pueden ser realizados remotamente, y muchas veces se confía simplemente en la existencia de un vídeo como garantía del proceso o del asesoramiento y los consentimientos de otra persona.

 

¿Cómo abordamos el problema desde Councilbox?

 

En Councilbox creemos que esta situación no debe convertirse en un estándar de mercado y por eso desde nuestro mismo nacimiento, cuando nos orientamos a dar respuesta a la realización remota de Reuniones Corporativas, desarrollamos nuestros productos para proveer de seguridad jurídica a este tipo de procesos. La cuestión no es solo hacerlos en remoto, sino hacerlos en remoto con todas las garantías que se tienen cuando se hacen de forma presencial.

Todos nuestros productos incorporan tecnología Blockchain propietaria para poder dar la necesaria trazabilidad a todas las acciones que tienen lugar en estos procesos, desde las comunicaciones y los consentimientos, a las grabaciones de audio y voz, los documentos compartidos y las firmas de éstos.

Incorporamos métodos de identificación y firma regulados y/o reconocidos y certificados en el mercado y contamos con las mayores certificaciones en términos de seguridad, privacidad y gestión de los datos.

Y no nos quedamos ahí, sino que estamos investigando y desarrollando tecnología anti-deepfake junto con Gradiant, Centro Tecnológico Puntero en Ciberseguridad, y participamos en las iniciativas europeas de desarrollo de la nueva identidad digital, para lo cual contamos con nuestra experiencia de años siendo partícipes de iniciativas como la European Blockchain Services Infrastructure (EBSI) dentro del marco de las tecnologías Blockchain.

Creemos firmemente en las ventajas de realizar cada vez más trámites y procesos de compra o contratación en remoto y de forma digital, pero si queremos que se adopten masivamente, la confianza debe ser total por las partes que intervienen en estas transacciones. Y no hay confianza sin seguridad y garantías de validez.